martes, 9 de septiembre de 2008

Pueblo iraní atrapado en una doble vida, capítulo 5

Un pueblo atemorizado


Un escritor francés que vivió por un largo periodo en Irán lo definió perfecto alguna vez: “Allá —por Irán— todo el mundo vive con el corazón preso en una jaula. Viven y actúan como si no pasara nada, pero siempre están temerosos de estar haciendo algo malo. Nunca saben cuando lo que hacen va a molestar a alguien”.

Esto tiene una razón. En Irán los límites existen, pero nunca se sabe cuándo los van a hacer respetar. Todo el mundo tiene antenas parabólicas y el Gobierno lo sabe. Sin embargo, hay periodos en los que la policía empieza a hacer redadas en las diferentes ciudades del país o barrios de Teherán con el objetivo de decomisar las antenas. Es entonces cuando la gente, desesperada, las esconde debajo de las camas o las tira a la calle desde los tejados de los edificios cuando saben que la policía está a punto de llegar.

Nadie quiere tener la experiencia de pasar por la cárcel. Después de la época de requisas, la gente se queda un tiempo sin ver canales extranjeros, y cuando siente que la situación se relaja las vuelve a poner. Pueden pasar años antes de que la policía vuelva a aparecer. Así sucede con todo.

Las presiones durante el gobierno de Ahmadineyad son fuertes. Las fiestas en Teherán están canceladas este verano porque la policía se ha dado a la caza de cualquier reunión multitudinaria. Y los movimientos sociales que luchan por las reivindicaciones de los estudiantes o de las mujeres se encuentran en un momento de represión absoluta. Los miembros de estos movimientos no se pueden reunir, y cualquier cosa que hagan o cualquier declaración que den es vista como una agresión al Gobierno y los meten a la cárcel constantemente.

La opinión de la activista es una de las tantas que se escuchan en Irán, donde nadie sabe qué pueda pasar en las elecciones presidenciales. En lo que muchos coinciden es que después de las elecciones, gane quien gane, los controles tendrán que disminuir. Al fin y al cabo ésa es la forma como este régimen ha sobrevivido durante 30 años.

Presiona y afloja, ésa es la táctica de la cometa. Y entre la presión y el aflojar las cosas, si nada extraordinario sucede, seguirán igual. Seguirán siendo la sociedad escondida, la sociedad secreta. La sociedad que poco a poco se fue volviendo cada vez más triste a pesar de que aparenta lo contrario.


Fotografía tomada de la página: http://estaticos02.cache.el-mundo.net/elmundo/imagenes/2007/06/20/1182356897_0.jpg

Este artículo fue tomado de la revista Gatopardo número 93 en la página: http://www.gatopardo.com/numero-93/cronicas-y-reportajes/la-ciudad-de-la-doble-vida.html

El trabajo corresponde a una práctica del curso de Periodismo Electrónico de la Universidad de Costa Rica.

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