Es impresionante poder imaginar más allá de lo que ven nuestros ojos. Anticiparse al futuro. O simplemente soñar. Borges imaginó lo que sería el hipertexto.
Alan Kay y Adele Goldberg imaginaron lo que serían las computadoras personales, a través del Dynabook.
En 1977, cuando se pensaba que las computadoras serían una herramienta de uso exclusivo para ingenieros o empresarios, ellos pensaron en que fueran utilizadas para incentivar la creatividad. La computadora no era únicamente para el trabajo, sino también para el entretenimiento. En un artículo describieron los usos del aparato para “programar y resolver problemas; memoria interactiva para almacenar y manipular datos; editor de texto; y un medio de expresión por medio del dibujo, pintura, animación, y composición”.
Sabemos que esa idea evolucionó en mucho más. Los periodistas de ahora deberían contar con herramientas básicas: computadora, internet, y una cámara digital, o el celular con cámara.
Es que todo en esta vida es un ciclo, una reacción en cadena de situaciones que crecen juntas. Unos sueñan e inventan, ven la necesidad y la rellenan. Aparece internet, luego los medios suben la versión impresa, y más adelante el público quiere participar. La audiencia, los lectores, los internautas, evolucionan junto con la tecnología. Ya no quieren leer todo el periódico para enterarse de quién ganó el partido de tenis, sino que lo buscan directamente.
El problema es que con tantas posibilidades para accesar noticias, las personas pueden estar menos informadas. La Dra. en Ciencias de la Información, María José Cantalapiedra, expresa que “el riesgo de la fragmentaciónes perder de vista lo que pasa en el mundo”.
Así deberíamos aspirar a ser los periodistas. Sean profesionales o ciudadanos. Pero no olvidar la importancia de las bases: contenido, veracidad y balance de opiniones.
El paso a una nueva forma de informar ya es un hecho. La nueva forma de informar y los nuevos informadores no tanto así.
Revisando el artículo de Grabriela Mayorga sobre las aplicaciones del periodismo digital en Costa Rica, uno puede detectar la que quizá es la mayor falla del periodismo 3.0 en nuestro país: los periodistas no están preparados, no los preparan y/o no se quieren preparar para enfrentar los retos de la comunicación multimedia.
Bien lo dice Mayorga: "las prácticas de los medios costarricenses de incluir una noticia que salga en un diario impreso en su versión digital bajo la misma estructura narrativa, no es un ejercicio justificado si ya se conocen las diferencias del proceso de lectura frente a una pantalla, donde influye el tiempo, la disposición espacial de la información, el tamaño de la tipografía y el hadware".
Por dicha, medios como Elfinancierocr.com, son los que quieren marcar la diferencia. Con una nueva propuesta cada vez se acercan más a iniciativas internacionales mejor logradas: más interactividad (chats y blogs), interfaz amigable, noticias cortas, entre otros. A pesar de ello, todavían podrían trabajar en hacer más entretenidos sus videos y sus audios.
Fuera del mainstream de los medios ticos los blogs llevan la delantera. Quizá el ejemplo más vistoso y mejor realizado es fusildechispas.com. Interactividad, periodismo 3.0 y multimedia entretenida se conjugan en la creación de Cristian Cambronero.
Los buenos ejemplos (ameliareueda.com, capitales.com y redcultura.com) han sido iniciativas de periodistas jóvenes y no tan jóvenes que tienen los pies sobre la tierra y no pretenden de ninguna manera, quedarse atrás. ¿Los acompañamos?
Yo digo que sí. El primer encuentro internacional sobre Periodismo Ciudadano es una buena forma de empezar.
Aprovecho para compartir con ustedes algo personal:
Este vídeo me lo envió mi primo, ciudadano estadounidense. Era la primera vez que votaba. Nos contó, con mucha alegría, que tendría que hacer fila de 4 horas para votar, y luego se quedaría sentado viendo los resultados de las elecciones. Mi mamá dijo que era algo raro en él, puesto que nunca le había gustado la política.
Todo un fenómeno el que sucedió, y él pudo vivirlo más de cerca.
El vídeo muestra las afueras de su departamento, en Atlanta Georgia. No es de él, pero así lo vivió.
